[46.15] Hemos ordenado al hombre que se porte bien con sus padres. Su madre le llevĂł con molestia y con molestia le dio a luz. El embarazo y la lactancia duran treinta meses. Hasta que, al alcanzar la madurez y cumplir cuarenta años, dice: «¡Señor! PermĂteme que Te agradezca la gracia que nos has dispensado, a mĂ y a mis padres, y que haga obras buenas que Te plazcan! ¡Dame una descendencia prĂłspera! Me vuelvo a Ti. Soy de los que se someten a Ti».

[46.17] En cambio, quien diga a sus padres -mientras éstos imploran a Alá y dicen: «¡Ay de ti! ¡Cree! ¡Lo que Alá promete es verdad!»-: «¡Uf! ¿Vais a prometerme que me sacarán, cuando han pasado tantas generaciones anteriores a m�» y diga: «Éstas no son sino patrañas de los antiguos»,

[46.35] Ten, pues, paciencia, como la tuvieron otros enviados resueltos. Y no reclames para ellos el adelantamiento. El dĂa que vean aquello con que se les amenaza, les parecerá no haber permanecido más de una hora de dĂa. Éste es un comunicado. Y ÂżquiĂ©n será destruido sino el pueblo perverso?
