[48.11] Los beduinos dejados atrás te dirán: «Nuestros bienes y familias nos han retenido. ¡Pide que nos perdone!» Dicen de palabra lo que no tienen en el corazĂłn. Di: «¿Y quiĂ©n podrĂa impedir que Alá os hiciera mal o bien, si Él lo deseara?» ¡No! ¡Alá está bien informado de lo que hacĂ©is!

[48.15] Cuando os pongáis en marcha para apoderaros de botĂn, los dejados atrás dirán: «¡Dejad que os sigamos!» Quisieran cambiar la Palabra de Alá. Di: «¡No nos seguirĂ©is! ¡AsĂ lo ha dicho Alá antes!» Ellos dirán: «¡No! ¡Es que tenĂ©is celos de nosotros...!» ¡No! Comprenden, pero poco.

[48.16] Di a los beduinos dejados atrás: «Se os llamará contra un pueblo dotado de gran valor, contra el que tendréis que combatir a menos que se rinda. Si obedecéis, Alá os dará una bella recompensa. Pero, si volvéis la espalda, como ya hicisteis en otra ocasión, os infligirá un castigo doloroso».

[48.25] Son ellos los infieles que os apartaron de la Mezquita Sagrada e impidieron que la vĂctima llegara al lugar del sacrificio. Y, si no llega a ser por hombres creyentes y por mujeres creyentes, a quienes no podĂais reconocer, y que os exponĂais, sin querer, a pisotear, provocando represalias por su parte... Para que Alá introduzca en Su misericordia a quien Él quiere. Si hubiera sido posible distinguirles, habrĂamos infligido un doloroso castigo a los infieles que entre ellos habĂa.

[48.29] Mahoma es el Enviado de Alá. Quienes están con Ă©l son severos con los infieles y cariñosos entre sĂ. Se les ve inclinados o prosternados, buscando favor de Alá y satisfacerle. Se les nota en el rostro que se prosternan. Tal es su imagen en la Tora. Y en el Evangelio se les compara con la semilla que, habiendo germinado, fortifica su brote y Ă©ste crece y se yergue en el tallo, constituyendo la alegrĂa del sembrador, para terminar irritando a los infieles por su medio. A quienes de ellos crean y obren bien, Alá les ha prometido perdĂłn y una magnĂfica recompensa.
